Capitulo 1. El tiempo no lo cura todo. Si no tienes el valor de enfrentarte a ello...

-¿Alicia? Despierta pequeña…
-¿Qué pasa?
-Ayer te quedaste dormida con este papel encima.
Me pongo a mirar el trozo de papel que ayer arranque de un cuaderno y leo: “Enfréntate a la vida”. Y de golpe, lo recuerdo todo, toda mi vida, tantas imágenes.

Mi vida no ha sido especialmente fácil, pero puede que sea mejor que os lo cuente ¿no?

Era todavía una niña cuando empecé a darme cuenta de que la vida es dura, demasiado dura para una niña.

Desde pequeña sufrí insultos en el colegio, me sentía desplazada y odiaba ir día tras día a la escuela. Pero a los 10 años me convertí en la mejor amiga de la chica más popular de mi clase. Pase de ser la chica marginada de la clase a ser una persona importante. Aunque todo esto no me cambio en absoluto, solo que era un poquito más feliz que antaño. Era una niña más estudiando en un colegio integrada en un grupo de amigas con las cuales quedaba también fuera de clase, especialmente los sábados.

Un sábado por la mañana, me fui de compras y me compre una camiseta igual que la de mi mejor amiga, Elena. Yo sabía que a ella no le gustaba que nadie se comprara la misma ropa que ella, pero no pensé que se lo tomaría mal. Cuando se lo conté se enfado tanto conmigo que se dedico a poner al resto de la clase en mi contra.
Mi mundo cambio de la noche a la mañana y yo no veía un motivo contundente a sentirme tan rechazada.

El lunes siguiente fui a clase, con una peculiaridad: no hable con nadie en toda la mañana, y en el recreo me quede sentada en mi pupitre haciendo deberes. Hasta que por fin se hizo la hora de volver a casa. Llegue a mi casa y me puse a llorar durante toda la tarde, y así durante todos los días de esa primera semana.
En casa no dije nada, pero sé que me notaban rara, triste y agotada.

A partir de la semana que viene, ya no solo me ignoraban, sino que también se metían conmigo, me insultaban y se reían de mí. Mi respuesta era hacerme la fuerte y no contestar.

Me pasaba 6 horas al día hablando conmigo misma mentalmente, pensando ¿Por qué me merecía eso yo?

Todo esto duro 3 años, 3 años en los cuales no tuve ni una sola amiga.

Durante todo ese tiempo ir a clase era lo peor de mi vida, era tan doloroso y lo más grave es que no era capaz de contárselo a nadie, todo lo pasaba yo. Aprendí a sufrir en silencio.

Día tras día iba a clase y me sentía humillada, triste, menospreciada. Me sentía que no valía nada. Me sentía culpable, me torturaba a mí misma. Cada día me sentía peor, me hacía más daño y cada día se iba apagando un poquito más mi luz.

Me daba miedo salir a la pizarra o hablar en clase, porque sabía que nunca iba a encontrar una mirada cómplice ni un gesto amigo, ni una sonrisa. Me sentía tan sola.
Cada día que pasaba en ese estúpido colegio era un día más que me odiaba más a mí misma. Mi autoestima día a día se iba quedando en asco y pena de mi misma.

He pasado 1000 días en ese estúpido colegio. 1000 días sintiéndome una mierda.

1000 días odiándome y odiando mi forma de ser. Odiando no poder gritarles que no soy mala, que me están haciendo daño, que me estaban hundiendo en un pozo del cual iba a ser muy duro aprender a salir luego.

No supe hacerme cargo de la situación. Ahora con 9 años más soy consciente de que si hubiera hablado con alguien, me podía haber ido de ese colegio, de esa pesadilla. Pero creo que necesitaba pasar por todo.

Crecí rodeada de miedo, miedo a andar por la calle y encontrarme a mis compañeros de clase. Miedo a leer en clase. Miedo a salir a la pizarra. Miedo a hablar, a decir lo que pensaba y sentía. Miedo a ser como soy. Miedo a vivir. Miedo a respirar. Miedo a amar a alguien. Miedo a confiar en las personas. Miedo a la gente. Miedo a ir al colegio. Miedo a sufrir. Miedo a estar sola toda la vida.

Crecí rodeada de desilusión, de lágrimas, de dolor, de decepción y de tortura psicológica.

Crecí aparentando ser fuerte, pero como todos, soy vulnerable; no quiere decir que sea débil ni fragil pero si vulnerable.

Crecí sin tenerme el más mínimo aprecio.

Aprendí a dejar que pasaran los días esperando que un día acabara todo. Aprendí a no vivir por miedo a sufrir.

Aprendí a no querer y a no dejarme querer por miedo a que me hicieran daño.

Aprendí a no dejar que nadie me conozca por miedo.

Aprendí a no creer ni confiar en mí mismo. Aprendí a no saber pedir ayuda porque me avergonzaba y me sentía culpable de esa situación

Me hice mayor sin pensar que no tenia porque enfrentarme a todo eso sola y sin pensar en la posibilidad de que yo podía no merecerme todo eso.

Mis profesores se dieron cuenta al poco tiempo y mis padres y mi hermana también. Mi familia siempre estuvo a mi lado, pero creo que no fueron conscientes de todo lo que sufría en ese colegio y como yo tampoco lo decía no hicieron gran cosa.

Pero mis profesores sí que eran conscientes de todo eso y hoy me pregunto ¿Por qué no me tendieron la mano? ¿Por qué no me ayudaron? ¿Por qué no hicieron algo? ¿Por qué no me sacaron de allí?

Se con certeza que si no hubiera vivido todo eso, mi vida sería más fácil, mi autoestima sería mayor y mi personalidad diferente.

No me he convertido en una mala persona por ello, pero soy una persona muy tímida, desconfiada, fría, no me gusta el contacto con los demás, no me gusta dejar que nadie entre en mi mundo, odio conocer a alguien confiar en él y que esa persona me decepcione.

Soy muy rencorosa, y cuando alguien me hace mucho daño, no puedo perdonar. No confió en las personas después de todo el daño que me han hecho. No confió ni siquiera en mi misma.


Y es hoy, 9 años después, cuando sigo llorando como una niña solo al recordar toda esa situación. Acabo de ser consciente de que llevo eso a mi espalda y me hace daño día a día aunque no sea consciente. Acabo de darme cuenta de que tengo que superarlo si quiero ser feliz. Pero no si voy a saber hacerlo.