Estando aquí sola, es curiosa las “tonterías” que puedes llegar a echar de menos: despertarte y desayunar con la familia, despertarte después de una pesadilla y pasar a la cama de tus padres.
Dentro de cada uno de nosotros, hay una parte de cuando éramos niños. Pues en mi caso, creo que soy doblemente niña porque no pude disfrutar mi infancia. Con todo lo que pase, me apoye tanto en mi familia que ahora estar lejos de ellos, es como arrancarme una pierna y pretender que siga andando con total normalidad.
Es gracioso como con el tiempo solo recuerdas los buenos momentos. Me viene a la mente uno de estos días de invierno de hace ya casi 6 años. Un día invernal pero en el cual sin aviso previo sale el sol. Lo recuerdo nítidamente.
Estábamos en mi antiguo colegio, mi mejor amiga y yo. Llego la hora del recreo y nos tumbamos en el césped al sol. Recuerdo ese momento como un momento feliz en un entorno hostil porque solo me hablaba con ella de toda la clase.
Eso es la fortaleza, apoyarte solo en las cosas buenas y mandar a tomar viento a aquellas cosas que nos agotan y que nos quitan las ganas de vivir.
Y creo que si lo hice una vez puedo repetirlo siempre
Es muy incómodo vivir en un clima hostil; pero creo que ésos momentos son los que nos fortalecen y nos dan el temple necesario para enfrentar la vida ya que en ella hay luchas muy cruentas; de cualquier manera también estimo que cada uno enfrenta los mometos de acuerdo a sus capacidades y si eres feliz creo que has optado por lo mejor. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar