magia*

Siento animadversión por mi cuerpo, pero por algún extraño motivo entro a tu cuarto casi sin ropa, y me miras. Te grito, pero me miras con una mirada juguetona. Me da pánico que me sigas mirando y por ello te grito, tu me tranquilizas, me dices que no pasa nada pero sigues mirándome. Miras mi cuerpo. Y no me miras con asco como lo hago yo a mi misma.

De repente me muevo para ver si dejas de mirarme pero me sigues con la mirada. Me derrumbo y me echo a llorar y entonces me sostienes, no literalmente, pero me abrazas y siento como sostienes mi alma tan dañada por determinadas cosas. Siento que me amas y yo te amo más de lo que puedas imaginarte. Me proteges, se que nunca vas a soltarme. Me tumbas en la cama mientras me susurras al oído que mi cuerpo es tuyo y que te gusta. Que si no te gustara no lo mirarías y sigues mirándome, me acaricias. Me abrazas y me besas. Y siento que somos uno.